Mi abuela Antonia trabajaba en la cocina de lo que fue en su día la antigua Reja, un local emblemático del centro de Málaga. Actualmente ha recuperado su tradición como restaurante y su nombre original pero como sidrería. En otro tiempo estuvo abierto como casa Bárcenas que es con el nombre que yo lo conocí, aunque como muestra la foto, la leyenda del antiguo local siempre ha permanecido en los azulejos de la entrada.
Me contaba mi madre, que se puso de moda en la antigua Reja una tapa que consistía en una croqueta rellena de un cuarto de huevo duro. Obviamente la croqueta tenía un tamaño considerable y su nombre era Piquinini. Parece ser que el nombre viene del apodo que tenía una de las pinches que trabajaba en la cocina.
En mi casa no se ha comido nunca, pero he querido recuperarlo en homenaje a mi abuela (a la que no llegué a conocer) y a mi madre, que se ha encargado de que su recuerdo permanezca y siempre resulte entrañable.
Bueno, pues sólo necesitamos cocer huevos,una masa de croquetas, huevo batido, pan rallado para el empanado y aceite para freír. Yo siempre le añado a la masa un poco de cebolla picada para que resulte más sabrosa, pero no podemos asegurar que los Piquininis genuínos la llevaran.
Para ser sincero, me ha costado la misma vida liar la masa de la croqueta para evitar que se rompiera el cuarto de huevo, pero al final lo he conseguido. Ha merecido la pena más que por el plato, por lo original y por el recuerdo. Espero que os guste.