domingo, 24 de abril de 2011

Solomillo Huelin-ton


Bueno, para los no boquerones, el título hace referencia a la barriada de Málaga en la que terminé mis dos últimos años de bachillerato. 
Hemos tenido una semana Santa atípica, tanto por clima como por trabajo (poco, en esta ocasión). Y para celebrar la resurrección de la carne, ¿qué mejor manera que comiendo este fantástico solomillo Wellington?
Hay diversas historias sobre el origen de esta receta, así que si tenéis un ratito podéis echar un vistazo a foros y blogs para contextualizar el plato, merece la pena. 

Ingredientes:
  • Solomillo de cerdo o ternera (cerdo en este caso)
  • 200 gr de Champiñones
  • 1 Cebolla grande
  • 2 diente de Ajo
  • Vino blanco
  • 100 gr de Foie
  • Una lámina de hojaldre
  • Huevo para pintar el hojaldre
  • Sal, pimienta y aceite

Preparación:

He considerado que medio solomillo por persona es suficiente, así que lo he partido en dos para presentar una pieza de hojaldre por persona. También se puede hacer el solomillo entero y presentarlo cortado en rodajas, pero me gusta preservar el factor sorpresa.
Salpimentamos y marcamos el solomillo en una sartén para sellar la carne y reservamos.



En ese mismo aceite pochamos a fuego lento la cebolla y el ajo.

 
Mientras tanto, lavamos y cortamos los champiñones y cuando el ajo y la cebolla estén listos, los añadimos y subimos el fuego para que suelten el agua y se cocinen. Se puede reservar la cebolla antes de añadir los champiñones para evitar que al subir el fuego se queme; lo dejo a vuestra elección.




 Cuando el champiñón esté listo añadimos el foie y lo deshacemos. Añadimos un chorro de vino blanco,  y subimos un poco el fuego para evaporar el alcohol.




Echamos unos 150 ml. de agua y cocinamos a fuego medio hasta que la mezcla quede reducida. Reservamos y dejamos enfriar.



Con una sola plancha de hojaldre de Mercadona he tenido justo para envolver las dos mitades y he podido cortar  unas tiras del extremo de la plancha para decorar. He utilizado el corta-pastas que tengo, pero si os sobra masa podéis dejar volar vuestra creatividad para decorarlo.



Disponemos una parte de la mezcla sobre el hojaldre y sobre ella el solomillo. Sobre el solomillo otra capa de la mezcla y envolvemos el hojaldre procurando que quede bien sellado, sobre todo los extremos que iremos doblando. Para ayudar a que quede sellado podemos pincelar con un poco de huevo batido.






Una vez envuelto ponemos los solomillos sobre un papel de hornear en la bandeja del horno con la unión del hojaldre en la base. Decoramos y pintamos con huevo batido.
Horneamos a 220ºC durante 20-25 minutos, o hasta que el hojaldre esté bien dorado.

 Dejamos reposar 5 minutos antes de servir. Una auténtica delicia!!!

viernes, 22 de abril de 2011

Tortillas de Bacalao



Bueno, pues otro clásico de la época.

Ingredientes:

  • Harina de trigo
  • Harina de garbanzo
  • Levadura en polvo
  • Ajo
  • Perejil
  • Bacalao desalado
  • Aceite 
  • Sal
  • Colorante alimentario



No tenía receta, así que he dejado que el instinto culinario me guíe. He utilizado harina de toda la vida mezclada con harina de garbanzo que he comprado en Mercadona (como no) y las he mezclado como indican en el envase para la receta de la tortilla de camarones, es decir, 60% de harina de trigo y 40% de harina de garbanzo.
En concreto yo he usado 6 cucharadas soperas de harina de trigo y 4 de garbanzo que vienen a ser unos 150 gramos entre las dos, medio sobre de levadura en polvo y he añadido agua hasta obtener una consistencia parecida a la de la masa del bizcocho del yogur. Picamos un diente de ajo y perejil al gusto, una pizca de sal (poquita, que la levadura y el bacalao salan) y un poco de colorante para que tengan "buena cara".




Desmenuzamos el bacalao desalado al que le habremos quitado la piel y lo añadimos a la masa. Cuanto más le añadamos, más buenas estarán.


Echamos la masa a cucharadas en abundante aceite caliente y freímos por ambos lados hasta que estén doradas. Ponemos papel de cocina en el plato al que las iremos sacando para que escurran el exceso de aceite. Han salido muy esponjosas y ricas. Me encantan!!!





Me ha dicho mi amiga la guapa que en la zona de Murcia se las añaden al potaje de vigilia. Me apunto la idea para las próximas. Espero que os gusten!!!

jueves, 21 de abril de 2011

Potaje de Vigilia (Bacalao-Garbanzos-Espinacas)



Esta es la primera entrada (y espero que haya más...) de una de esas comidas que uno ha visto desde pequeño en su casa, y siempre relacionada con la vigilia. Y aunque no haya salido muy religioso que digamos, me gusta la tradición que implica estos platos y no me gustaría que se perdiera.
Este año me he decidido a hacer este potaje de manera rápida, pero tradicional. El año pasado hice la versión del Thermomix y por "enterao" y no seguir las instrucciones a pies juntillas acabamos comiendo "engrudo de vigilia"
En honor a mi madre, a la que tannnnntas comidas le he dejado plantadas por mi mala boca, voy a etiquetar estas recetas como "La cocina de Teky". Va por ti Emilia, te adoro!!!

Ingredientes:

  • Un tomate
  • Un pimiento
  • Una Cebolla
  • 300gr de Espinacas cortadas
  • 150 gr de garbanzos en remojo
  • Cuatro tajadas de lomo de Bacalao desalado
  • Larurel, clavo, pimienta en grano, ajo y guindilla (opcional)
  • Sal, Aceite de Oliva y colorante alimentario.


Preparación:

La noche antes echaremos en remojo los garbanzos. Si queremos desalar nosotros el bacalao, los echaremos en un recipiente y lo cubriremos con agua. Lo dejamos en la nevera durante 48 horas, cambiando dos veces el agua. Yo he optado por comprarlo ya desalado y listo para cocinar.
Ponemos los garbanzos en la olla rápida. Sobre ellos y en crudo, el pimiento, la cebolla lavados y troceados. Como soy un poco milindres, le he quitado la piel al tomate sumergiéndolo unos segundos en agua hirviendo. Lo cortamos por la mitad y a la olla.




 Añadimos dos clavos, unas pimientas en grano,  una cucharadita de pimentón, una hoja de laurel, dos dientes de ajo machacados con su piel (rústico, que le llaman), media guindilla (o una entera si os gusta muy picante, o ninguna si no os gusta para nada) y un poco de sal (no mucha, el bacalao aporta su sal y siempre estaremos a tiempo de añadir).






Añadimos agua hasta cubrir ligeramente, un chorro generoso de aceite de oliva y llevamos a ebullición. Tapamos la olla rápida y cuando suba calculamos entre 7-10 minutos. Esto dependerá de la fuerza de la olla, y la dureza que tengan los garbanzos. Si no sabéis cuánto precisan, mejor quedaros cortos y hervimos luego un ratito al modo tradicional. Yo los guiso en el punto más bajo de presión de la olla.





Una vez baje la presión de la olla, abrimos y ya se habrá obrado el milagro a presión. Añadimos las hojas de espinacas, en mi caso una bolsa entera de las que vienen cortadas y frescas de Mercadona, pero quitándole los rabitos más gruesos que trae. Aunque parezca mucha cantidad, merman enseguida y se quedan en nada. No os preocupéis si os ha quedado escaso de caldo, las espinacas aportan mucha agua. Una vez  hayan dejado sitio, añadimos las tajadas de bacalao.





Cocinamos durante unos 5-7 minutos a fuego medio y listo!!! Rectificamos de sal y al ataque!!!
Si está bueno de por sí, de un día para otro, como la mayoría de las preparaciones, éste potaje gana. Este potaje es customizable con chorizo, morcillas y carne al gusto. Pero esa es otra historia ;-)